(Publicado en El Mundo de León ,el 18/3/2012)
Una de las obras maestras desaparecidas más famosas e influyentes de todos los tiempos puede que haya sido hallada en el lugar en que fue pintada hace medio milenio. Unos investigadores italianos están convencidos de haber identificado el formidable mural que Leonardo dedicó a La Batalla de Anghiari, en el más espacioso salón del más famoso palacio veneciano, bajo un fresco del pintor e historiador Giorgio Vasari, que tanto admiraba al maestro de Vinci. En aquella obra, Leonardo compitió con Miguel Ángel Buonarroti, que se encargó de la pared vecina, y el contrato para la obra encargada por la Serenísima fue firmado por Nicolás Maquiavelo. Conocemos las figuras que creó y que nunca hemos podido ver gracias a la admiración de muchos artistas, entre otros Rubens, que le dedicó un grabado revelador...
Durante estas noches de marzo que preludian la primavera, el siempre lascivo Júpiter y la joven diosa del amor danzan en el firmamento vigilados de cerca por el suspicaz y enamorado Marte. Gracias al efecto de la curvatura de las órbitas de estos planetas con nombres olímpicos, podemos disfrutar de su brillo a las horas cercanas al crepúsculo como pocas veces, sin esfuerzo ni herramientas de aumento. Ofrecen un espectáculo en el que otros astros les escoltan. Júpiter es el planeta más gigantesco del sistema solar (más de 300 veces la Tierra), dios máximo y óptimo de los latinos, pero se aprecia más pequeño que Venus, el más cercano y más parecido a la Tierra, el más misterioso y seductor sin embargo. Marte es de color rojo, rápido y hostil...
Tras un cuarto de milenio,
El hallazgo de algo que todos sabían dónde estaba pero que nadie ha visto, aunque se desea contemplar desde hace siglos. Una coincidencia cósmica que se repite cíclicamente pero que es única y es un espectáculo incomparable y gratuito. Un final y una pérdida que será una transformación y un principio. Son tres noticias al azar, algunas de las que me han interesado esta semana. Hay de sobra, escojan las suyas. Y que nos dejen en paz. Un par de días al menos. Dejen las noticias del dinero, tan cargantes y quejumbrosas, tan groseras, para las páginas salmón, esas que aparta uno para tirarlas a
Luis Grau Lobo
Leave a comment