(Publicado en El Mundo de León, el 2/10/2011)
Seguro que recuerdan la novela de Anthony Hope (1894) "El prisionero de Zenda", en alguna de las múltiples adaptaciones cinematográficas que aún reponen en las cadenas de televisión, en especial
Viene esto a cuento porque ha dicho Rubalcaba que Zapatero ha sido el mejor presidente de
Es decepcionante que todos los presidentes de la democracia hayan tenido que marcharse por la puerta de atrás. Dejando aparte al temporero Calvo Sotelo, primero todo acabó con envidias, luego con corrupción, después con mentiras, y, ahora, con una resignación frustrante. Y es que, desde que empezaron los aprietos, Zapatero no ha hecho sino levantarse de la cama con cabezas de caballo a su vera. Posiblemente su deseo hubiera sido -¿y de quién no?- haber pilotado una salida a la izquierda de este laberinto, pero o no ha querido (lo que es poco plausible) o no ha podido, pues no aparejó sus naves para estos elementos, y sus decisiones para amparar a los agentes financieros, como las de todos los líderes occidentales, han debido, en palabras de los Corleone, "parecer un accidente". Inclinado ante los agentes que gobiernan el mundo (los Goldman Sachs, según ese broker de mentiras que dice la verdad), en esta última legislatura hemos tenido como presidente a un recluso.
Cualquiera que presencie la fatiga ideológica y personal del presidente del gobierno, entenderá su ocaso político como un carpetazo desdichado a una vida dedicada a llegar a lo más alto para cambiar las cosas y descubrir que las cosas lo han cambiado a uno. Entenderá porqué incluso deja el parlamento y vuelve a su casa. Entenderá lo difícil que ha de resultar pararse a pensar lo que pudo ser y no fue. Por eso, ahora que se va, que se ha ido ya, y que aún no estamos en campaña electoral, me tomo la libertad de decirle que no estuvo mal mientras duró, aunque durase menos de lo que entre todos habíamos decidido en las urnas. Y pronto, después de todo, regresará su hermanastro Michael, despojado del trono en dos ocasiones, por si quedaran dudas de quién debe mandar. ZP o, también, PZ: el Prisionero de Zenda.
Luis Grau Lobo
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